octubre 12, 2024

Mundo completo de noticias

América Deportiva: Entrevista con Miguel Quintela, oncólogo: A veces arruinamos la eficacia del tratamiento contra el cáncer debido a una mala dieta

América Deportiva: Entrevista con Miguel Quintela, oncólogo: A veces arruinamos la eficacia del tratamiento contra el cáncer debido a una mala dieta

La alimentación desempeña un papel fundamental en el proceso oncológico, tanto en la prevención de la enfermedad como en pacientes con un tumor ya diagnosticado. Según expertos, una dieta rica en vegetales y libre de ultraprocesados y carnes rojas puede alejar factores de riesgo de cáncer como la obesidad o la diabetes.

Si bien una alimentación adecuada no curará la enfermedad por sí sola, puede optimizar los tratamientos y evitar toxicidades. Miguel Quintela, director del Programa de Investigación Clínica del CNIO, ha destacado el potencial de una correcta alimentación en el tratamiento del cáncer.

Quintela ha creado una spin-off de nutrición oncológica personalizada que ofrece dietas individualizadas a las necesidades de los enfermos. Según él, una dieta lo más vegetariana posible, rica en proteínas vegetales, fibra y alimentos fermentados, es menos nociva para un proceso oncológico.

Además, evitar los alimentos procesados y la fructosa puede evitar el crecimiento del tumor. La estrategia consiste en quitar nutrientes esenciales para el tumor y proporcionarle nutrientes tóxicos.

Una mala dieta puede interferir en la eficacia del tratamiento contra el cáncer y aumentar la toxicidad. Por eso, la nutrición terapéutica de precisión busca optimizar la eficacia del tratamiento y reducir la toxicidad.

Algunas dietas similares al ayuno pueden disminuir la toxicidad del tratamiento y mejorar la evolución de la enfermedad, aunque la evidencia es limitada. La restricción de la ingesta de nutrientes puede inducir un estado de reposo y reparación en las células normales, mientras que las células tumorales siguen multiplicándose.

Sin embargo, es importante no tomar decisiones por cuenta propia y siempre seguir las recomendaciones médicas en el tratamiento del cáncer. La alimentación puede ser una herramienta complementaria, pero no sustituye los tratamientos convencionales.