La inflación en España se mantiene elevada, a pesar de una ligera disminución el mes pasado. Según datos recientes, la inflación se sitúa en un 2,8%, aún lejos del objetivo del 2% establecido por la Unión Europea.
En marzo, el Índice de Precios al Consumo (IPC) repuntó cuatro décimas, alcanzando un 3,2%. Esta subida se debe principalmente a los precios de la electricidad y los carburantes. El aumento del IVA de la luz al 21% este mes también ha impactado en la inflación, y se espera que el gas experimente un incremento similar en abril.
Por otro lado, el precio de la energía en el mercado mayorista ha ido descendiendo, lo que ha llevado a eliminar las ayudas para tratar de moderar los precios. A pesar de que los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentan a un ritmo menor que el año anterior, la cesta de la compra sigue encareciéndose.
En cuanto al sector hipotecario, el euríbor ha vuelto a subir, alcanzando niveles no vistos desde noviembre del año pasado. El índice en el que se basan las hipotecas variables se sitúa en el 3,7%, cinco puntos por encima de febrero. Además, el número de hipotecas firmadas ha disminuido un 10% en comparación con el año anterior.
Se espera que la inflación en España continúe descendiendo, pero existen dudas sobre el impacto que pueda tener el verano en los precios. A pesar de que el país busca impulsar el crecimiento y aumentar los precios, resulta complicado hacerlo de manera sostenible cuando la población tiene un escaso margen de maniobra para hacer frente a los productos básicos.
