El Papa Francisco visitó Marsella para llamar la atención sobre el drama de la inmigración en el Mediterráneo. En su discurso, criticó la falta de solidaridad de la Unión Europea y de algunos políticos europeos frente al problema migratorio. El Papa destacó que el Mediterráneo se ha convertido en un enorme cementerio en el que miles de personas han perdido la vida. Sin embargo, también agradeció a las ONG y a los líderes religiosos locales que salen al mar a salvar migrantes, resaltando la importancia de la compasión y la necesidad de socorrer a las personas que se arriesgan a ahogarse.
Durante su visita, el Papa se reunió con el presidente francés Emmanuel Macron para abordar el tema de la inmigración. Sin embargo, su presencia en un acto religioso generó críticas debido a que Francia es un país laico. A pesar de esto, el Papa es considerado como un Papa político y se destaca su preocupación principal por temas como el cambio climático, el capitalismo y la inmigración.
No faltaron las críticas y la hostilidad hacia el Papa por parte de algunos sectores, tanto de la extrema derecha como de algunos católicos franceses. Además, se señala que su discurso sobre la inmigración coincide con el endurecimiento del discurso migratorio en Francia.
Se espera que la visita del Papa genere incomodidad entre los líderes políticos franceses, quienes podrían sentirse desafiados por las palabras y acciones del líder religioso. Al mismo tiempo, la visita del Papa Francisco a Marsella ha puesto nuevamente sobre la mesa el tema de la inmigración y ha llamado la atención sobre la falta de solidaridad con las personas que arriesgan sus vidas para buscar una vida mejor.
