La subversión antidemocrática de derecha se reanuda en América Latina

La subversión antidemocrática de derecha se reanuda en América Latina

Mientras millones de ojos -incluido el de este reportero- devoran los coloridos eventos del circo montados por la monarquía de Qatar en asociación con la FIFA, otros eventos, quizás más relevantes para la vida de las personas, continúan ocurriendo entre estos amantes del fútbol. Tierras.

Por Javier Tolgachier

Así, en las pantallas, los méritos y los deméritos se suceden, en un territorio lleno de rectángulos abiertos con curvas avanzadas, el hambre, la miseria y el sufrimiento siguen derrotando a la mayoría, que debe sobrevivir a pesar de todo en una cancha inclinada. Suena el silbato final.

Peor aún, en camerinos ocultos reservados solo para la minoría rica e insensible, se orquestan contraataques contra la necesidad de equilibrar las opciones de vida de los marginados.

Contra conspiraciones

Como en innumerables ocasiones anteriores, cada vez que un gobierno actúa para reducir graves injusticias o aumentar la capacidad soberana de su pueblo, una potencia dominante -extranjera y local- fija su mirada en derrocarlo, ilegalizarlo, deportarlo o removerlo físicamente. y trabajadores intermedios.

Las minorías del pasado, en connivencia con los mismos colonialistas extraterritoriales, ahora usan medios un poco más sutiles para lograr sus objetivos inhumanos en algunos países. Unir los poderes judicial o legislativo del estado con la colaboración omnipresente de los medios dominantes, siempre listos para menospreciar a cualquiera que pague mal o amenace su monopolio, es hoy el guión preferido para desencadenar el virus transformador. En un papel aparentemente muy secundario, la fuerza bruta de los generales, supuestamente ligada al «orden constitucional», también debe aprobar esta jugada.

En otros lugares, cuando el impulso revolucionario para cambiar las condiciones sociales es demasiado rápido y logra cambios de raíz, la táctica es el aislamiento, el bloqueo, la condena moral y el uso de medidas coercitivas unilaterales llamadas «sanciones» en la jerga punitiva imperial. Estas revoluciones les impiden servir de modelos a copiar, al mismo tiempo que asfixian a sus poblaciones al intentar la rebelión interna contra sus gobiernos.

Así, mientras el clamor popular por condiciones de vida dignas se desarrolla en varias partes de los Estados Unidos, las duras reacciones de las élites parecen ser una reacción accidental.

El capítulo más reciente de esta historia recontada tuvo lugar en Perú. En la antigua capital del Virreinato y del Grupo de Lima (donde Washington intentó hundir la Revolución Bolivariana y socavar la integración regional) se violó la victoria electoral de un maestro rural y sindicalista bajo el pretexto de que lo era. Busca disolver indebidamente el Parlamento.

Llama la atención la paradoja histórica: el discurso de un verdadero golpe de Estado para justificar la destitución de Castillo arroja la sombra de la autoconspiración de Alberto Fujimori de 1992, que precisamente alió a Keiko, su hija y heredera. Zero negó su derrota electoral y puso todos los obstáculos posibles a un gobierno legítimo, tratando de derrocarlo tres veces en un lapso de año y medio.

Lo que pasó en Honduras (2009), Paraguay (2012) y Brasil (2016) fue la caída de Manuel Zelaya, Fernando Lugo y Dilma Rousseff por argumentos infantiles y los mismos actores.

Lo mismo ocurre con el hostigamiento judicial, dado sin prueba alguna, la sentencia contra Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta de Argentina y referente clave en el espacio popular. Los mismos casos en los que el ahora electo presidente Lula da Silva fue encarcelado por desacato por la prensa y un juez y un abogado, y el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, quien fue encarcelado durante cinco años para allanar el camino al reingreso del neoliberalismo. en Ecuador, de no haber salido del país como otras figuras clave de su gobierno, recordamos haber corrido la suerte del exvicepresidente George Glass.

En Brasil, tras conocerse la decisión de devolver a Lula a la presidencia, Bolsonaro volvió a intentar emular la negación trumpista, con la variante barroca de ir a un cuartel a rezar para pedir la intervención militar.

La subversión antidemocrática de la derecha en Bolivia no se detiene. Similar al proceso constitucional donde los resultados de las elecciones que llevaron al golpe de 2019 fueron ignorados o culminaron en el restablecimiento del país como un estado multinacional, las logias dominantes de Santa Cruz protagonizaron esta vez un nuevo intento de conmocionar al país. Usando las fechas del Censo Nacional como pretexto.

Mientras tanto, en Chile, tras el resultado inconcluso de un referéndum para ratificar un nuevo texto constitucional que deja el legado de Pinochet, la audaz derecha, previsiblemente, quiere reducir la creación de una nueva constitución a cambios cosméticos. Presentando a sus diputados como protagonistas de una nueva jornada mixta.

Este panorama, sin duda, muestra señales de alerta para los gobiernos progresistas de Gustavo Pedro, Xiomara Castro y López Obrador, gobiernos que desafían el áspero camino de la paz noviolenta y sus esfuerzos por llevar mejoras sociales a sus poblaciones violentas. .

Tarjeta roja por organización

No hace falta repasar muchas veces las mismas jugadas para entender la estrategia antipopular de los sectores conservadores. La verdad histórica en este asunto es cruda.

La derecha política, representante del poder establecido de Estados Unidos y de los intereses geopolíticos en América Latina y el Caribe, no respetará ni honrará ninguna regla si conduce a cambios en la agenda capitalista asfixiante y depredadora.

Lo mismo ocurre con los llamados imperios, que hoy se enfrentan al creciente multilateralismo.

Como ya se ha expresado en muchas ocasiones, es una tontería pensar en la posibilidad de un sistema político democrático y soberano, el gobierno del demos, en el marco de un sistema económico plutocrático cada vez más concentrado y transnacional.

Del mismo modo, es absurdo creer que el debate social puede ser amplio y que debido a que los medios son propiedad de unos pocos conglomerados y el espacio digital está dominado por corporaciones, las personas tendrán toda la información que necesitan para tomar decisiones libres. Estado actual.

En un análisis más profundo, no es solo la influencia de empresarios sin escrúpulos lo que sostiene este sistema, sino la inercia de valores y programas que se estancan en él, impidiendo el surgimiento de un mundo nuevo, para todos y cada uno.

Este sistema está mostrando claramente su fracaso hoy, dejando a gran parte de la humanidad al margen. Las frases vacías y los discursos hipócritas de siempre están siendo reemplazados hoy por los gritos reaccionarios de la extrema derecha, que se perfila como una nueva maniobra nefasta del capital. La exposición del declive irreversible de la democracia formal apunta a una profundización hacia una democracia real multidimensional como una luz necesaria en el horizonte político. En otros momentos de la historia fue necesario restituir la soberanía que le había sido arrebatada al pueblo.

Los pueblos debemos retomar el control de la pelota, como aconsejan los sabios de este juego introducido por el imperialismo británico en América Latina, sus frigoríficos, ferrocarriles, minas y plantaciones para algún entretenimiento.

Alba Andujar

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